Los acuerdos militares del gobierno de Nicolás Maduro con Rusia podrían extenderse en medio del conflicto de Europa tras la invasión de Ucrania ordenada por el presidente Vladimir Putin, aseguró Julio Borges, coordinador de Primero Justicia (PJ).
El dirigente también habló de la reactivación de la fábrica de fusiles AK 103, una vieja deuda que Rusia ya ha prometido solventar este año.
Los acuerdos militares del gobierno de Nicolás Maduro con Rusia podrían extenderse en medio del conflicto de Europa tras la invasión de Ucrania ordenada por el presidente Vladimir Putin. Así lo denunció Julio Borges, coordinador nacional de Primero Justicia (PJ) y excomisionado de Relaciones Exteriores del interinato.
En artículo publicado en El Espectador de Colombia, Borges aseguró que «oficiales de nuestra Fuerza Armada Nacional (FAN) han compartido información de interés con nosotros sobre los planes del régimen de Maduro para la adquisición de más equipos militares rusos como sistemas de misiles S-400, submarinos y sistemas iglas-s para la milicia. La dictadura también pretende reactivar la fábrica de fusiles AK-103, así como dos puestos de comando para ciberataques”.
Advirtió sobre la amenaza que implicaría la adquisición los equipos rusos en el contexto geopolítico actual.
«Esta información sobre la compra de nuevo armamento a Moscú cobra vital importancia en medio del actual contexto, especialmente cuando vemos el comportamiento reciente del dictador Maduro, quien no ha disimulado su subordinación a Putin, declarando abiertamente su respaldo a la invasión militar, sin importar que esto haya significado muertes de civiles, expulsión de más de 800 mil personas y bombardeos de escuelas y hospitales”, subrayó.
Según dijo el dirigente opositor, los nuevos convenios habrían surgido durante las recientes reuniones entre funcionarios del gobierno de Maduro con el viceprimerministro ruso, Yuri Borsivo, quien realizó una gira por Venezuela, Cuba y Nicaragua, » en medio de las tensiones que se viven en Europa».
Asimismo, Borges expresó que entender el tamaño de la amenaza de estos sistemas, » solo hay que imaginar que se instale en la frontera venezolana un sistema como el S-400 que Maduro pretende importar, con una capacidad balística que puede llegar hasta 400 kilómetros. Bajo ese escenario, Colombia estaría frente a uno de sus mayores riesgos de seguridad nacional».
Hasta ahora, bajo la confidencialidad, la Fuerza Armada Nacional opera el sistema de defensa antiaérea S-300 Antey 2500 ruso, fabricado en Rusia, desde el año 2013. Este sistema forma parte de los equipos adquiridos por el gobierno de Hugo Chávez en 2009, está asignado al Comando de la Defensa Aeroespacial Integral (Codai), y pertenece al 293 Grupo Misilístico de Defensa Antiaérea Hugo Chávez Frías, adscrito a la Región Estratégica de Defensa Integral (REDI) Los Llanos.
En julio de 2020, Antonio Ledezma, excalcalde metropolitano, aseguró, en una publicación al periódico ABC, el supuesto despliegue de equipos S-400 y S-500 en 11 puntos del país. Pero, hasta donde se sabe, estos sistemas no pertenecen a los equipos adquiridos por la revolución a la Federación Rusa desde que iniciaron los convenios de cooperación técnico militar en el año 2005 con la compra de los fusiles AK 103-Kalashnikov.
En la denuncia de Julio Borges sobre la compra de más armas a Rusia, el dirigente de PJ refiere que el gobierno reactivará la fábrica de fusiles AK-103. La fábrica aún no ha sido instalada y es una de las deudas que tiene Moscú con la FAN como partes de los convenios de cooperación técnico militar.
Ahora bien, en los últimos meses del año pasado, Rusia reiteró que aspira solventar la mora y lanzar la fábrica de producción de los fusiles AK 103 Kalashnikov, en Venezuela, para este año.
En ese sentido, la portavoz del Servicio Federal de Cooperación Militar y Técnica (FSMTC) de Rusia, Valeria Reshétnikova, informó que «los especialistas rusos han empezado a preparar los equipos de proceso y las líneas de montaje. Esperamos llevar a cabo su lanzamiento en 2022».
Vía TalCual
