Un estudio presentado en septiembre por WeProtect Global Alliance, en colaboración con diversas organizaciones internacionales, encendió las alarmas sobre el aumento de “comportamientos sexuales dañinos” entre niños y adolescentes. El informe aclara que no se trata de actos de exploración entre pares, sino de conductas que van desde el acoso sexual hasta la extorsión digital.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!De acuerdo con la investigación, un tercio de la violencia sexual infantil es cometida por otros menores. En América, abundan los relatos de abuso y acoso ejercido entre pares, aunque estas situaciones no siempre se reflejan en las estadísticas oficiales.
Naturalización de conductas y acceso a contenidos violentos
El estudio revela un preocupante fenómeno: la “naturalización de ciertas prácticas” sexuales dañinas y el consumo de material obsceno y cruel por parte de menores, lo que disminuye la conciencia sobre los límites y el respeto hacia otras personas.
En la era digital, los niños y adolescentes tienen mayor acceso a pornografía y material de explotación sexual, lo que amplifica los riesgos. “La mercantilización del cuerpo se ha multiplicado y las plataformas exhiben sin filtros”, advierte el documento.
Víctimas convertidas en agresores
Los especialistas señalan que muchos menores que ejercen este tipo de comportamientos fueron previamente víctimas de violencia, maltrato o negligencia en su infancia. Experiencias adversas no tratadas, como depresión, ansiedad o estrés postraumático, aumentan la probabilidad de desarrollar conductas sexuales dañinas.
El informe destaca que el avance tecnológico ha abierto “una frontera inédita en la violencia sexual”, en la que resulta cada vez más difícil diferenciar entre la exploración sexual propia de la edad y las transgresiones hacia otras personas.