El gobierno venezolano, a través de la Cancillería, expresó su categórico rechazo al informe presentado por la Misión de Determinación de los Hechos sobre Venezuela de la ONU el pasado 20 de septiembre ante el Consejo de Derechos Humanos. Este informe denuncia el deterioro de la situación de los derechos humanos en el país.
En un comunicado, el canciller Yván Gil calificó el informe como «vulgar y panfletario», y lo tildó de ser el producto de una misión «ilegítima, politizada e ideologizada», creada por los gobiernos del extinto Grupo de Lima, cuyo objetivo —según el gobierno venezolano— es seguir las órdenes de Estados Unidos para imponer un cambio de régimen en Venezuela.
Gil señaló que «la permanencia de esta misión vergonzosa es una clara señal del desvío errático al que están llevando las instituciones del Sistema de Naciones Unidas, transformándolas en instrumentos de coerción y chantaje contra los pueblos soberanos.» Además, criticó la falta de acción de la ONU ante crímenes de lesa humanidad, como el conflicto en Palestina, que, según sus palabras, cuenta con el respaldo de Estados Unidos y la Unión Europea, quienes, a su vez, utilizan los derechos humanos como herramienta de presión política.
Venezuela también reiteró sus denuncias ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre los intentos de magnicidio contra altos funcionarios del gobierno y las invasiones territoriales por mercenarios contratados en Estados Unidos y Europa. Asimismo, insistió en los efectos negativos de las sanciones unilaterales impuestas sobre el bienestar del pueblo venezolano, mientras que los encargados de recibir estas denuncias, según el comunicado, parecen estar más interesados en agradar a Washington para asegurarse posiciones dentro de la burocracia internacional.
La Cancillería de Venezuela concluyó calificando el informe de la misión de la ONU como un «adefesio», acusando a este organismo de victimizar a los perpetradores de violencia en el país y de ignorar los actos de los «comanditos del terror», que, según el gobierno, asesinaron a 27 venezolanos y causaron graves daños a infraestructura clave.