El uso del bolívar como medio de pago en Venezuela ha alcanzado su punto más alto en los últimos seis años, marcando un retroceso en la dolarización de las transacciones comerciales. Así lo revela un nuevo estudio de Ecoanalítica, presentado por su socio-director, Asdrúbal Oliveros, en entrevista con el periodista Román Lozinski.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!“Estamos hoy en el nivel más bajo de uso de divisas en Venezuela”, afirmó Oliveros. Según el estudio, el 84% de las transacciones se realizan en bolívares, mientras que solo un 16% se hace en monedas extranjeras, entre ellas el dólar. El análisis incluyó varias de las principales ciudades del país, donde se observaron contrastes marcados.
Caracas encabeza el uso del bolívar, con un 93% de las operaciones realizadas en moneda nacional. Le siguen Mérida con 91% y San Cristóbal (Táchira) con 76,6%. Por otro lado, en Maracaibo, el 24% de las transacciones aún se hacen en divisas, mientras que en Margarita casi la mitad (49%) se mantiene dolarizada.
Aunque el estudio muestra un repunte en el uso del bolívar, Oliveros advirtió sobre los riesgos: “Usar más bolívares en un contexto de desaceleración de la inflación te hace más vulnerable, porque ¿cómo te proteges de esos bolívares que van perdiendo valor en el tiempo?”.
Rubros dolarizados y caída del stock de efectivo en divisas
A pesar del auge del bolívar, hay sectores donde el dólar sigue predominando. El 50% de las compras de electrodomésticos se hace en divisas, seguido por los repuestos y equipos electrónicos, con un 40% cada uno.
Entre las transacciones en moneda extranjera, el efectivo representa el 86%, mientras que el uso de tarjetas internacionales apenas alcanza el 2%. En contraste, en los pagos en bolívares, los métodos preferidos son el punto de venta y el pago móvil.
Uno de los datos más reveladores del informe es la disminución del efectivo en dólares en circulación. Según Oliveros, por primera vez en seis años se registró una caída del 37% en el stock de divisas. De más de ocho mil millones de dólares en noviembre de 2024, se pasó a menos de cinco mil millones en abril de 2025.
“La gran pregunta es ¿a dónde se fueron esos dólares?”, planteó Oliveros. Advirtió que, ante un posible endurecimiento de las sanciones, no sería extraño que los pagos en efectivo vuelvan a incrementarse.