En Venezuela solo quedan diez ejemplares del cóndor andino en cautiverio, y la mayoría de ellos son parientes cercanos, lo que amenaza su reproducción y supervivencia. Frente a esta situación crítica, la organización Mundo Safari desarrolla un plan de conservación y reproducción en el estado Mérida, con el objetivo de reintroducir a esta especie en su hábitat natural.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!Según explicó Adrián Carrero, responsable del proyecto, al menos seis de los cóndores son hermanos y viven junto a su padre, lo que reduce drásticamente las posibilidades de reproducción viable por la consanguinidad. Para revertir este panorama, Mundo Safari gestiona convenios con otros países andinos para traer hembras no emparentadas y así diversificar la genética del grupo.
El centro de conservación está ubicado en El Pedregal, en la carretera trasandina de Tabay, estado Mérida, y además de proteger al cóndor andino, también se enfoca en otras especies en peligro como el rey zamuro, la cascabel de los Andes, la lapa de montaña y la guacamaya militar.
Educación y sensibilización para proteger la vida silvestre
Una de las líneas fundamentales del proyecto es la educación ambiental, que busca involucrar a comunidades y escuelas en la defensa de la fauna silvestre. Recientemente, estudiantes de la Escuela Ana Romelia Vielma visitaron el centro de conservación para conocer de cerca a las especies protegidas. Para Sergio Salazar, docente del plantel, estas actividades representan una herramienta pedagógica fundamental que permite “enseñar fuera del aula y fortalecer el respeto por la naturaleza”.
Carrero también aclaró un concepto erróneo frecuente: “El cóndor no es un ave rapaz. No caza, se alimenta de carroña, y aunque es una de las aves más grandes del mundo, no es un depredador”.
Desde Mundo Safari insisten en que el futuro del cóndor andino y de otras especies vulnerables no depende solo de los centros de conservación, sino del compromiso social con la vida silvestre. La defensa del medio ambiente —afirman— comienza con educación, voluntad y acción colectiva.