El pasado sábado, 21 de septiembre, se registró un motín en los calabozos de la Delegación Municipal del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en Valencia, estado Carabobo. La protesta, liderada por al menos 17 reclusos, fue reprimida con el uso de gases lacrimógenos, según informaron fuentes locales.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!La causa principal de la protesta fue la exigencia de los presos para que se respetaran sus derechos y se ejecutaran sus traslados a centros penitenciarios, dado que varios de ellos ya han recibido sentencia, según la ONG Una Ventana a la Libertad.
Consecuencias y respuesta oficial
Familiares de los detenidos informaron que algunos de los internos resultaron afectados por el humo de las bombas lacrimógenas, lo que generó la necesidad de atención médica. «Nos dijeron que varios de ellos presentaron dificultades para respirar debido al gas, y necesitaban asistencia urgente», declaró un allegado.
Minutos después del inicio del motín, se desplegaron varias comisiones de la Policía de Carabobo y la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en el lugar, con el objetivo de retomar el control de la situación.
Familiares exigen cumplimiento de sentencias y mejores condiciones
Los familiares de los detenidos, algunos de los cuales se encontraban en las inmediaciones de los calabozos, manifestaron su preocupación por las condiciones inhumanas en las que se encuentran los reclusos. Según ellos, la sobrepoblación en las celdas ha provocado que muchos duerman en hamacas improvisadas o directamente en el suelo.
Una madre, que tiene un hijo entre los detenidos, expresó su desesperación: «Están hacinados. Necesitan ser trasladados a cárceles donde puedan acceder a los beneficios que les corresponde por ley. No pedimos más que se les respete como seres humanos».