El Ministerio de Salud de Perú ha generado controversia al incluir la transexualidad, el travestismo y la identidad de género como enfermedades mentales en su último Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS), según un decreto supremo publicado recientemente. Esta medida ha suscitado la preocupación de activistas y algunas figuras políticas, quienes argumentan que esta clasificación va en contra de los derechos y la dignidad de las personas del colectivo LGTBI.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!La directora de la ONG Promsex, Susana Chávez, manifestó su desacuerdo con la inclusión de estas definiciones en el ámbito de la salud y los derechos humanos, destacando que esta acción aumenta la desconfianza hacia el Estado en cuanto al respeto a las minorías sexuales. Por su parte, el Ministerio de Salud emitió un comunicado aclaratorio después de recibir críticas, explicando que la diversidad de género y sexual no son enfermedades ni trastornos, y que la actualización del PEAS tenía como objetivo garantizar una cobertura completa en salud mental.
Sin embargo, diversas voces políticas también han expresado su rechazo al decreto. Congresistas progresistas como Susel Paredes y Flor Pablo han solicitado al Ejecutivo que derogue esta normativa, argumentando que refuerza el estigma y la discriminación hacia las personas trans. Pablo además criticó al Gobierno de Boluarte por emitir una norma que califica la transexualidad y la identidad de género como enfermedades mentales, calificándola de inconstitucional y vergonzosa.
La inclusión de la transexualidad como enfermedad mental ha generado preocupación no solo en el ámbito de la salud, sino también en el político, evidenciando la necesidad de un diálogo abierto y respetuoso sobre los derechos de las personas LGTBI en Perú.