El gobierno de Nicolás Maduro oficializó la inscripción del culto a María Lionza como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación. La ceremonia estuvo encabezada por el ministro de Cultura, Ernesto Villegas, quien firmó el certificado a través del Instituto del Patrimonio Cultural (IPC).
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!Villegas anunció la medida en sus redes sociales, destacando que este reconocimiento se realiza “en homenaje a las tradiciones que forman parte del imaginario colectivo y de nuestra memoria histórica”.
“El culto a María Lionza es una fiesta, ceremonia y ritual que manifiesta la cosmogonía de nuestros pueblos originarios, manteniéndose viva durante todo el año”, afirmó el ministro, al destacar la relevancia cultural y espiritual de esta práctica.
Una tradición viva con raíces ancestrales
El ministro recordó que los momentos de mayor concentración de devotos ocurren durante Semana Santa y cada 12 de octubre, cuando miles de creyentes peregrinan hasta la montaña de Sorte, en el municipio Bruzual del estado Yaracuy, considerada el epicentro de esta manifestación espiritual.
Durante el acto, Villegas subrayó que el culto “enriquece el tejido cultural, la memoria histórica, el imaginario colectivo y la identidad cultural del país”, y exigió que sea tratado “como todas las religiones que se practican en Venezuela”.
El culto a María Lionza, de carácter sincrético, combina elementos del catolicismo, tradiciones indígenas y creencias africanas. Sus rituales incluyen danzas, rezos, baños purificadores y ofrendas, en un espacio que ha trascendido generaciones y fronteras, extendiéndose a comunidades espiritistas en Colombia, República Dominicana y Panamá.
La estatua que reavivó la polémica
La declaración patrimonial revive la controversia surgida en octubre de 2022 por el traslado no autorizado de la estatua de María Lionza desde la Universidad Central de Venezuela (UCV) hasta Quibayo, Yaracuy.
La escultura, obra del artista Alejandro Colina (1950), había sido restaurada en 2004 y permanecía resguardada en un galpón universitario. El traslado, sin notificación previa a la UCV, generó reclamos de la comunidad académica, que calificó el hecho como una “sustracción irregular” del patrimonio cultural universitario.
El Instituto del Patrimonio Cultural justificó la acción alegando que buscaba “proteger, preservar y reubicar la estatua en condiciones acordes con su significado histórico y espiritual”. Finalmente, la pieza fue develada en Quibayo el 9 de octubre de 2022, en un acto oficial encabezado por autoridades culturales y regionales.
