El gobierno de España ha reiterado que no reconocerá a Edmundo González como presidente de Venezuela hasta que prevalezca la voluntad de los venezolanos expresada en las urnas, en una postura alineada con la posición unitaria de la Unión Europea.
Esta declaración fue reafirmada en Nueva York por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, durante una rueda de prensa en la que hizo un balance de su participación en la Semana de Alto Nivel de la ONU. Durante su estancia, Albares sostuvo una reunión con el vicecanciller venezolano, Ránder Peña, en la que abordó el acceso consular a los españoles detenidos en Venezuela, José María Basoa y Andrés Martínez Adarme, exigiendo que se aclaren los cargos en su contra.
«No escatimaremos esfuerzos para que estos compatriotas injustamente retenidos regresen a casa con sus familias», aseguró Albares, calificando de «inaceptable» su situación actual.
Albares también participó en una reunión auspiciada por Estados Unidos y Argentina junto a 32 países para discutir la situación de Venezuela. En el comunicado resultante, los participantes reconocieron que González obtuvo la mayoría de votos según las actas electorales disponibles, aunque ninguno de los países presentes en la reunión defendió un reconocimiento oficial de su presidencia.
El ministro español subrayó que la prioridad es que se respete la voluntad democrática de los venezolanos, y se mostró escéptico sobre la disposición del gobierno de Nicolás Maduro para hacer públicas las actas electorales, como lo exige la comunidad internacional.
España jugó un papel clave en las discusiones, con la participación de los principales países europeos y del Alto Representante de la UE, Josep Borrell. Albares destacó que, aunque existen diferencias de opinión sobre Venezuela, el consenso es claro: el futuro del país debe definirse por la voluntad democrática de su pueblo.
Finalmente, hizo hincapié en que cualquier solución debe ser alcanzada pacíficamente, a través del diálogo entre venezolanos, sin intervenciones externas.