El derrame petrolero que ha estado contaminando las costas de Puerto Cabello y las playas del estado Falcón en los últimos días parece tener su origen en la refinería El Palito, ubicada en el estado Carabobo. Esta información proviene de al menos cinco fuentes consultadas por Reuters, quienes coinciden en señalar a la refinería como el epicentro del derrame.
Imágenes compartidas en redes sociales por expertos como el biólogo Eduardo Klein revelaron una extensa mancha de petróleo de aproximadamente 225 kilómetros cuadrados en el Golfo Triste, lo que representa una grave amenaza para el Parque Nacional Morrocoy en Falcón, famoso por sus playas bordeadas de palmeras y manglares.
«El derrame petrolero se originó en El Palito. Esta mañana, algunas playas de Boca de Aroa amanecieron cubiertas de hidrocarburos, lo que afectó a varias embarcaciones de pesca artesanal», informó una de las fuentes consultadas por Reuters.
Otra fuente agregó que observó tres grandes manchas de petróleo que llegaron a la costa, incrementando la preocupación por los daños medioambientales.
El Palito, una refinería con una capacidad para procesar 146.000 barriles de crudo por día, es el complejo refinador más pequeño de Venezuela y está ubicado en el municipio Puerto Cabello, en la costa del estado Carabobo.
Impacto en playas y vida marina
El pasado viernes, los vecinos y pescadores de Boca de Aroa quedaron sorprendidos al ver la playa cubierta por una espesa capa de petróleo. El equipo de El Carabobeño visitó la zona afectada, constatando que el derrame se extendía desde Palma Sola, en el municipio Juan José Mora de Puerto Cabello, hasta Boca de Aroa, en el municipio José Laurencio Silva, en Falcón, abarcando unos 25 kilómetros de costa.
El agua, la arena y las piedras estaban manchadas de negro, y numerosos peces muertos aparecían en la orilla, mientras cuadrillas de limpieza y maquinaria trataban de contener los efectos devastadores del derrame en la zona.
El litoral compartido por Carabobo y Falcón, un destino turístico reconocido por sus resorts y restaurantes frente al mar, también es hogar de comunidades que dependen de la pesca, una actividad ahora seriamente afectada por el desastre ambiental.