Científicos de las prestigiosas universidades de Texas A&M y Brown han emprendido una emocionante investigación que podría revolucionar la agricultura en entornos lunares. Según un reciente artículo, las investigadoras Jessica Atkin y Sara Oliveira Santos han centrado sus esfuerzos en la posibilidad de cultivar garbanzos en el regolito lunar, el peculiar suelo lunar compuesto principalmente por fragmentos de roca y polvo, sin los nutrientes y microorganismos vitales presentes en los suelos terrestres.
Para abordar este desafío, las científicas han introducido una innovadora solución: la incorporación de vermicompost al regolito lunar simulado en la Tierra. El vermicompost, un abono orgánico producido mediante la descomposición de materia orgánica por lombrices, aporta nutrientes esenciales y microorganismos beneficiosos para el crecimiento de las plantas. Este enfoque representa un intento audaz de recrear condiciones más propicias para la agricultura lunar, simulando un entorno más amigable para las plantas en ausencia de los elementos fundamentales que carece el suelo lunar.
En el marco de una eventual misión espacial, la propuesta de utilizar lombrices y microorganismos transportados para generar vermicompost podría tener implicaciones prácticas significativas. No solo proporcionaría un medio para la producción sostenible de nutrientes, sino que también permitiría reciclar desechos orgánicos, manteniendo un ciclo de nutrientes autónomo en futuras misiones lunares. Este enfoque pionero podría allanar el camino para la agricultura extraterrestre y la sostenibilidad en futuras exploraciones espaciales.
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