En Colombia, el Covid-19 obligó al equipo de Águilas Doradas, a jugar con solo siete futbolistas en el duelo contra Boyacá Chicó.
Por más despliegue físico que exhibió el equipo local, terminó perdiendo 0x3 ante tremenda desventaja numérica.
Águilas Doradas saltó a la cancha con un 1-3-2-1, una atípica formación en la que un portero fue central y tuvo que compartir la zaga con dos centrocampistas.
Pese a que el equipo tiene a 15 jugadores con Covid-19 y a otros siete lesionados, no fue atendida su solicitud de aplazamiento.
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El partido de la decimoctava jornada de la liga colombiana le enfrentó con Boyacá Chicó, que lucha por permanecer en primera división.
El Covid obligó al equipo Águilas Doradas a jugar con siete futbolistas y al 78’, el centrocampista Giovanny Martínez, tuvo que dejar el terreno por una lesión.
Ante la imposibilidad de completar los siete jugadores que, como mínimo, debe tener un equipo para jugar, el árbitro Carlos Ortega dio por terminado el encuentro.
El equipo dorado fue dirigido por el asistente Rafael Martínez debido a que el técnico, el venezolano Francesco Stifano también tiene Covid-19.
Covid obligó a equipo a jugar con siete futbolistas en Colombia
La escuadra solicitó desde el jueves que su juego fuese aplazado ante la atípica situación que vive.
La solicitud fue desestimada por la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), que organiza el torneo.
Los siete jugadores saltaron a la cancha con mascarillas y cargando dos carteles que decían “Primero la vida” y “#JuegoLimpio”.
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“Aceptamos la decisión de Dimayor de jugar este partido, pero queda claro que aquí lo que priva es cualquier otra cosa que la integridad y la salud de nosotros”.
Así se expresó en Twitter el portero Carlos Bejarano, quien tuvo una tarde movida en el estadio Alberto Grisales, de la localidad de Rionegro.
Justamente Rionegro es un municipio que hace parte de Antioquia, un departamento que está en emergencia por las elevadas cifras de contagios.
Medellín, la capital de Antioquia y cercana a Rionegro, está en una fase crítica por el colapso hospitalario, con una ocupación UCI del 98%.
