Un reportaje de la agencia Reuters, donde entrevistaron a trabajadores de la salud en el país, asegura que los venezolanos con covid-19 evitan los centros médicos privados por sus altos costos y, ante el colapso de los hospitales públicos, prefieren atención a domicilio.
En ese orden, el médico Leonardo Acosta explicó al medio que mientras no se requiera intubación, el paciente puede tratarse desde casa. En caso reportar un proceso delicado, señaló que «requeriría ser transportados a una unidad de cuidados intensivos».
Venezolanos con covid prefieren atención a domicilio
El costo de una noche en una clínica para un paciente infectado por la pandemia va entre los 1.500 y 2.500 dólares; cifra que podría llegar a los 5.000 dólares si se registra una complicación de emergencia en favor de tratar problemas respiratorios agudos, como conectar un respirador.
Sin embargo, el Observatorio Venezolano de Finanzas asegura que el salario promedio del venezolano en el sector privado es de 70,1 dólares; mientras que el del sector público se ubicó en apenas 4,7 dólares. Dichos números corresponden al Índice de Remuneraciones del Trabajador Venezolano (IRTV) que agrupó los meses desde octubre de 2020 hasta febrero de 2021.
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De tal manera, Acosta explicó que la tendencia a la visita médica es más profunda dado que es más económico que un profesional de la salud acuda al hogar.
Los médicos también prefieren a domicilio
La atención personalizada desde la casa representa un pago en divisas para los trabajadores sanitarios. Por su parte, el médico de 25 años Carlos Hernández declaró a Reuters que el realiza visitas a domicilio «en parte por razones económicas».
«Este tratamiento a menudo incluye visitas a domicilio, una opción que se considera un lujo en muchos países desarrollados. Pero que se vuelve barata en Venezuela debido a un exceso de médicos mal pagados. Las visitas domiciliarias cuestan entre 40 y 80 dólares, según la gravedad de los síntomas del paciente», dijo a Reuters.
Mientras el sueldo mínimo es inferior a 1 dólar, los adscritos al gremio prefieren trabajar de esta manera para generar mejores ingresos. Hernández también trabaja en el sistema de salud pública, como exige el país a los recién graduados; pero no le han pagado en cuatro meses.
Ante la crisis económica del país, Acosta indicó que a menudo proporcionará tratamiento incluso cuando el paciente no pueda pagar la totalidad.
Esta modalidad se popularizó a través de las redes sociales y la llegada del segundo oleaje de la enfermedad en Venezuela.
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