China ha rechazado rotundamente las acusaciones de gestionar bases de espionaje en Cuba, calificándolas de «cuento» en respuesta a un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), un think tank estadounidense con sede en Washington.
Durante una rueda de prensa, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Mao Ning, destacó la «relación fraternal» entre China y Cuba, describiéndola como un «modelo de ayuda mutua entre naciones en desarrollo». Mao afirmó que las acusaciones del CSIS «carecen de fundamento» y subrayó que la cooperación entre ambos países es «transparente y legítima», sin «intenciones de perjudicar a terceros».
Mao también criticó la larga historia de intervenciones de Estados Unidos en Cuba, mencionando «más de un siglo de injerencias» que incluyen sanciones y un bloqueo de más de seis décadas que ha causado grandes dificultades al pueblo cubano. «Instamos a Estados Unidos a que reflexione, ponga fin a la interferencia en los asuntos internos de Cuba, elimine a Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo y levante el bloqueo y las sanciones impuestas», agregó la portavoz.
El informe del CSIS sugiere la existencia de bases de espionaje en Cuba vinculadas a China, especificando que se tratarían de estaciones de escucha electrónica. Una de estas nuevas instalaciones se encontraría a poco más de 110 kilómetros de la base naval estadounidense en Guantánamo, según el informe.
El viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, respondió a estas acusaciones calificándolas de «campaña de intimidación». En una publicación en la red social X, Fernández de Cossío afirmó que las supuestas bases militares chinas en Cuba «no existen»
